martes, 6 de julio de 2010

¿Marionetas informatizadas?


Por: Silvio Sirias Duarte. Managua, Nicaragua


Trastorno de la personalidad, distorsión del pensamiento, aislamiento, individualismo son algunos de los síntomas que Jesús Martín Barbero vio llegar con la tecnología. Esto lo condujo a analizar, qué implicaciones trajo la imposición de muchos de esos avances tecnológicos que hoy disfrutamos y que los hemos apropiado a nuestro quehacer diario.

“Se informatizan o mueren” es una frase muy fuerte, pero no ha pasado desapercibida en cada uno de nosotros. ¿O es qué alguien ha quedado libre de esta advertencia dictada por las grandes empresas de la información?

Pareciera que formara ya parte del decálogo judeo- cristiano, o lo cumplís o estás condenado a no sentir la fascinación y el encandilamiento que produce la sociedad de la información.
¡Y aún más aterrador! Estamos desapareciendo como nación y la nación se está reescribiendo con nuevos símbolos y formas de relacionarnos. Estamos siendo configurados a través de un circuito integrado, que nos conduce de igual manera. Nos organizan y operan como marionetas informatizadas.

Cada día remodelan las identidades culturales de nuestros países, quitándonos identidad, obligándonos a reconocer nuestra historia de otra manera, siguiendo con el mestizaje impuesto hace muchos años. Esta vez son muchos los actores de la imposición y el conflicto, llevándonos a la construcción de una identidad colectiva, en su gran mayoría sin derecho a poner resistencia y argumentar.

Se puede actuar de diferente forma ante la dominación y se han hecho intentos. El Movimiento Zapatista de Liberación se han apropiado de los avancen de la tecnología para ser escuchados en un mundo adverso. La guerrilla sandinista lo utilizó con radio Sandino en la década de los setenta ejemplo que se le puede doblar el brazo a la dominación, o por lo menos corregir su caminar.

El tiempo cambia aceleradamente y nos estamos quedando sin memoria que nos ayude a comprender el por qué pasan las cosas. Pasan y ya, no interesa otra cosa. Las formas de juntarnos y de socializar, esas que nos provocan unión, contacto físico, afinidad, necesidad de vernos, de sentirnos, de olernos y hasta de tocarnos son prácticas que están quedando en el pasado.

Vernos en un banco, la alegría de recibir y de abrir una carta, una frase escrita en un telegrama ya son cosas de una historia lejana. Estamos repudiando la llegada del cartero porque es sinónimo de cobro. Pasamos a ser una estadística con un número que sirve para invadir nuestra privacidad y vigilarnos. Ahora somos habitantes mundiales del control.

Nos han condenado al individualismo y las viejas prácticas de reunión se están perdiendo. Cada día nos separamos aúna más, estamos segmentando nuestras vidas, nuestros gustos y placeres. Somos capaces de tener sexo frente a una computadora, de hablar con desconocidos como con el más íntimo de nuestros amigos y llevarnos decepciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario