Cuando se acerca el verano las mujeres de la Casa de la Mujer rondan el área protegida. Esto consiste en rozar un metro a cada lado del alambre que protege la reserva hasta dejarlo barrido para que el fuego que los finqueros provocan no se cruce y queme los árboles.
Celia Contreras comentó que todos los años es necesario sacar una ordenanza ante las autoridades locales para que los finqueros tengan cuidado de no quemar los árboles protegidos.
Esperanza Oporta dice que antes la zona de Paiwas era verde-verde pero ahora solo recuerdos quedan de aquel pasado natural.
Este proyecto que nació para recordar a las víctimas del deslave del Volcán Casita en Posoltega es un ejemplo de vida que las mujeres de Bocana de Paiwas le dejan a las nuevas generaciones para que estudien la naturaleza y empiecen a reforestar la tierra.
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Un grupo de mujeres de la Casa de la Mujer de Bocana de Paiwas se organizaron para reforestar 25 manzanas de tierra. Este proyecto es un ejemplo que debemos seguir para proteger al planeta del calentamiento global.
